Cabo Udra

Una vez más, nos vamos a la costa, a nuestro Océano, para recrearnos en su belleza caminando a su lado, escuchando su sonido y oliendo ese «sabor» a sal y a brisa loca que nos revuelve el pelo y nos inunda el corazón con cada ola…

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Pero es que además de mostraros el bonito sendero que hicimos, os queremos recomendar la Casa de Turismo Rural en la que nos hospedamos y que tanto nos gustó. Como sé que estáis deseando ver cómo es, vamos a ello!

Es la Casa Torre Vella, en Bueu:

En realidad, hay dos casas: Casa Torre Vella (casa de 4 habitaciones dobles con baño, en la que, a petición del cliente, se pueden poner hasta 6 camas supletorias. Se puede alquilar completa, o por habitaciones) y Casa Bahía (que es una pequeña casa, que consta de 2 habitaciones dobles ambas con baño, y un salón-cocina, ideal para el uso de una familia de 4 ó 5 miembros, o bien un grupo de 4 personas. El alquiler de esta casa es siempre en la modalidad de alquiler íntegro). Nosotros estuvimos en ésta última y era así de bonita:

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La amplia cocina, totalmente equipada, y mesa del comedor

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Ángulo del salón

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La habitación

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Ángulo del baño de nuestra habitación

Y ahora te mostraremos fotos de la otra casa, de la más grande, Casa Torre Vella:

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Una de las habitaciones

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El salón

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Otra habitación

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La barbacoa

 Pero mirad qué bonita la parte del jardín y del comedor donde se sirven los desayunos, no me digáis que no es una maravilla desayunar ahí contemplando estas maravillosas vistas:

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Vistas a la hermosa Ría de Pontevedra

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Vistas al hórreo que hay en el jardín

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El comedor de la casa Torre Vella, desde el hórreo

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Es espectacular en días de sol como éste, pero tiene que serlo también en un día gris, contemplar la lluvia desde ahí dentro…

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Petra me da besos por llevarla a sitios tan chulos!

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A Cusca también le encantó la Casa Torre Vella!

La casa está a poco más de 500 metros de la playa de Portomaior, (de las más bonitas que conocemos), así que si quisieras podrías ir caminando, y la zona donde se encuentra, es realmente tranquila y además, cuenta con un amplio espacio para dejar los coches de los huéspedes justo en la entrada, cosa que nos parece también muy importante y cómodo. Pero una de las cosas que más nos gustaron, por supuesto, es que acepten animales, por lo que nos llevamos también a nuestras peluditas ruteras, Cusca y Petra!

Bueno, y ahora, os narraremos el sendero que hicimos en la zona!

De todas las rutas por Bueu, elegimos ésta por ser muy fácil de realizar para cualquier edad y condición física, también porque los perros pueden ir y disfrutar sin problemas de coches pero sobre todo por su alto interés paisajístico, natural y también etnográfico…

Cuando llegues, verás un amplio aparcamiento donde dejarás el coche, y también encontrarás esta área recreativa con mesas para poder comer, merendar y cenar:

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Empezamos justo ahí y arrancamos por una ancha pista de tierra que encontrarás a la derecha según llegas. Después de caminar unos metros, a la derecha de nuevo, se abre una senda estrecha entre los árboles, es una senda que baja hacia la playa da Mourisca y que surge así de bonita ante nuestros ojos…

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Según llegas, a la derecha, verás un amplio edificio de piedra: es la antigua fábrica de salazón. Curiosamente, nos acercamos hasta la puerta y pudimos entrever su interior y nos alegró descubrir también que actualmente está siendo restaurada!

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Después de un ratito en la playa, debemos desandar esta estrecha senda, pero siguiendo un poquito más de frente (por esta zona encontrarás marcas amarillas y blancas que te guiarán) y en múltiples ocasiones, salimos a las rocas para contemplar tan bonitos paisajes…

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Un poquito más adelante, encontramos escondida entre los árboles y las rocas la playa nudista de Pedrón, pequeñita y encantadora…

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A la derecha, verás un saliente, (es un observatorio de aves) de rocas y los árboles, al que, una vez más, nos vimos «obligados» a salir y contemplar esas imágenes que te dejan sin mucho que decir, y tanto tanto tanto que sentir…

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Dejamos atrás la playa y debemos volver a la pista principal, la ancha de tierra que dejamos hace unos cuantos minutos. Desde ahí, empieza un tramo de lo más agradecido de hacer: amplio, llano, sin dificultades, que te permite llevar la vista en el horizonte, contemplando la ría, observando los barcos veleros que la cruzan, adivinando los pueblos de enfrente (Portonovo, Sanxenxo, Raxó, Combarro…) disfrutando del sol en la cara y de la grandeza del mar, dentro de la ría primero, y después en la amplitud del Océano…

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Y allá a lo lejos, en medio de las olas, de los barcos, de los arroaces, los calderones y las gaviotas, aparecen ellas, silenciosas pero majestuosas y salvajes, las Islas Ons:

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La Isla de Ons, la grande, es mi «Isla Bonita», yo la llamo así, porque le tengo un gran cariño, ya que guardo muy buenos recuerdos de mis veranos acampada allí, de sus playas salvajes, de sus senderitos por el monte bajo, de su costa Oeste tan escarpada, de su Faro…

Las Ons pertenecen al Parque Natural de las Islas Atlánticas, y aunque las Cíes se llevan la fama, porque en realidad son espectaculares, esta isla, aunque con un paisaje diferente a aquéllas, tiene un encanto especial. Lo cierto es que por esta zona, todo el mundo ha ido a las Cíes al menos una vez en su vida, pero muy poca ha visitado las Ons. Una pena…

Seguimos caminando y nos encontramos con el Centro de Interpretación de Cabo Udra, donde hay también un bar, por si quieres pararte a hacer un descansito, tomarte algo, comprar agua, etc. (En todo el recorrido de hoy apenas hay agua dulce, si vas con perros, asegúrate de llevarle agua).

Por las inmediaciones del Centro de Interpretación, se conservan en ruínas y en un gran estado de deterioro los restos de un cuartel militar, pero, sinceramente, apenas verás nada, nosotros los buscamos y los fotografiamos, pero la maleza se los come, así que es como si no estuviesen…

Continuamos caminando y disfrutando de las bellezas naturales que nos vamos encontrando:

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Fíjate en las extrañas rocas: en este paraje, el viento ha jugado y moldeado con ellas durante siglos enteros, creando hermosas y peculiares formas.

Como ves, los caminitos aquí son muy fáciles de recorrer. Por cierto, hay infinitas sendas para elegir, más altas, más bajas y cerca del mar, a la derecha, a la izquierda, llanitas y en cuesta… infinitas posibilidades que puedes hacer a tu gusto sin miedo a perderte, y disfrutarás un montón…

Poco después empezarás a ver la ría de Aldán y cómo se asoman las Cíes por detrás de A Costa da Vela. Ese pedazo de tierra que ves a la derecha, son Las Cíes:

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Joana, por supuesto, quiso hacerse una foto aquí, en este punto en el que nos paramos a descansar un ratito a la sombra de unas rocas, pues hacía mucho calor!

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Caminamos un poquito más, pero pronto nos empezamos a alejar de la costa para cruzar un bosque que nos llevará directos al coche, al lugar donde empezamos. Pero antes, algo más que ver: cuando estés bajando hacia el aparcamiento, atento, verás un cartel que te habla de los Chozos de Chan de Esqueiro; justo desde ahí se abre un senderito que debes seguir y a muy pocos metros los encontrarás:

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Los chozos o «cortellas» fueron construídos para que los pastores de los pueblos cercanos pudiesen pernoctar en ellos cuando traían aquí al ganado para que pastase.

Después de visitar los Chozos, volvemos hasta el aparcamiento, pero nuestro recorrido no acaba aquí, porque queremos seguir caminando.

Dejamos atrás el parking y vemos que a la derecha baja una pista que lleva a la playa do Ancoradouro, aunque nosotros seguimos por el sendero que hay enfrente. Un senderito estrecho que te va llevando por la costa y además te va informando mediante cartelitos acerca de la fauna, la flora, etc.

A nosotros nos llamó mucho la atención esta roca, que nos hizo imaginarnos un cocodrilo recostado, con la barriga cara el sol, a ti no? jajajajajajaja

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Por esta zona tenemos unas vistas privilegiadas de las Islas Ons y Onza:

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Id muy atentos para no perderos esta roca (a mí me recuerda a un elefante marino):

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Nos había hablado de ella José María, el dueño de la Casa de Turismo Rural y teníamos mucha expectación por verla. Tal vez no se aprecia bien en las fotos, pero es que está apoyada en tres puntos y tiene forma cóncava, como hueca, digamos. Está a mano izquierda, en una zona un poco más alta que el sendero, es realmente peculiar.

Un poquito más adelante te encontrarás con un humedal que para nada nos esperábamos en medio de ese paisaje costero…

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Es el Humedal da Escorregadoira, en el que viven numerosos anfibios y vienen a beber a menudo diversas especies de la zona de Cabo Udra, como jabalíes, caballos, etc y otras que no son de Cabo Udra, como Cusca y Petra, jejejejejeje!

Seguimos avanzando por la senda cuando ya descubrimos desde lo alto, la playa de Lagos, en la que se forma, con la marea baja, esta piscina natural:

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Bajamos ahora por un camino asfaltado hasta este hermoso arenal que nos sorprendió además de por su tranquila piscina natural, por su arena gorda, las ondas que el mar formaba en ella pero sobre todo porque está llena, pero llena de cangrejos ermitaños como éste que enseña sus pinzas por el lado izquierdo de la caracola, las ves? (Cusca al fondo)

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En mi vida había visto tantos cangrejitos ocupas en unas caracolas además muy coloridas, unas marrones, otras amarillas, otras verdes con pintas negras, un espectáculo!

No veas qué tranquilidad en esta playita. Eran las 9 de la tarde-noche cuando llegamos, ya casi no quedaba gente allí, y la verdad es que estuvimos un buen rato relajados y disfrutando del momento:

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Pero el sol ya estaba bajando demasiado, y nosotros teníamos que regresar todavía. Habíamos pensado volver por un camino más hacia el interior, pero en vista de que ya casi no quedaba sol, decidimos hacerlo por el mismo camino por donde vinimos, para ir más directos y con más luz. Y el anochecer nos regaló estampas inolvidables como ésta de las Ons con ese ocaso de fuego de fondo:

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Y ya regresamos al coche. Pero antes de irnos a la Casa de Turismo Rural, lo que hicimos fue ir a la playa que está muy cerquita, la playa de Portomaior, para despedir definitivamente el sol, contemplar las estrellas y a Petra subiéndoseme encima para… no sé, será para tener mejores vistas… no sé!

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El caso es que allí pudimos hacer unas fotografías preciosas y tan mágicas como por ejemplo ésta:

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La luz del Faro de Ons, el Océano Atlántico, y allá arriba, Venus, el lucero del alba… todas esas «cosas» que tanto amo…

Aaaaaay, pero empezó a hacer fresquillo y nos regresamos a la Casa Torre Vella. Aquí tenéis una imagen de Cusca dormidita, descansando rendida de la hermosa ruta de hoy, sssshhhhhhhhhhh, que no se despierte…

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Cusca durmiendo en el salón

A la mañana siguiente, aquí estaba yo, preparando ya la ruta de Cabo Udra y chateando con vosotros, jajajajajaja

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Exterior de la Casa Bahía

Más imágenes del exterior de nuestra casita:

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Exterior de la Casa Bahía

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Exterior de la Casa Bahía

Para más información, ver más fotos y reservar ya un fin de semana o tus próximas vacaciones, pincha en cualquiera de los nombres en verde de la casa que hemos escrito a lo largo de la ruta, o aquí:

http://www.casatorrevella.com/

Estaréis muy a gusto y muy bien atendidos por José María Leal y su mujer!

FICHA TÉCNICA:

Dónde: en Bueu, provincia de Pontevedra

Dificultad: muy fácil, apta para hacer con niños

Circular: si

Distancia: 7’7kms

Duración: 2horas 30minutos

Consejo: si vas con perros, llévales agua para darles de beber, pues casi no se encuentra agua dulce en todo el camino

Coordenadas GPS:  N 42º 20′ 06» – W 8º 49′ 30»

Mapa

Sigue la ruta

Cómo llegar

2 comentarios en “Cabo Udra

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