Los que me conocen, saben que me autodenomino como «La loca de los Faros», porque me chiflan, y hace unos días vi uno de mis sueños cumplidos, y es que llevaba años, desde la primera vez que visité a mi «villano», deseando venir a «peregrinar» a sus pies…
Y es que me gusta ese nombre que tiene en castellano, y que todavía aparece escrito en muchos mapas y carteles, «Cabo Villano», que le da ese carácter de paraje malvado y tenebroso de novela de Julio Verne, (El Faro del Fin del Mundo)donde muchas naves, azotadas por crueles y oscuras tempestades, acaban siendo devoradas por los tentáculos del mar, y pariendo náufragos…
Uffff, qué novelesca me pone este Faro, bueno, empezamos!
Y empezamos!
Debes saber que ese mismo recorrido que vamos a realizar es común para senderistas y vehículos, así que, si vas con perros, debes tener cierto cuidado, aunque la verdad es que suelen pasar muy despacio, ya que la pista no está asfaltada y suelen ir disfrutando del paisaje…
El camino no tiene pérdida, es ir siguiendo simplemente la pista y disfrutar…
Disfrutar del aire fresco, el paisaje, del mar…
Seguramente irás viendo hacia atrás a menudo, porque la imagen del Cabo, desde todas sus perspectivas es realmente impactante e inolvidable…
¿Sabías que Cabo Vilán fue el primer Faro de España alimentado por electricidad?Este eterno vigilante, está erigido sobre un saliente de 104 metros de altura y lanza dos destellos, visibles a 40 millas, cada 15 segundos.
Al llegar aquí tienes dos opciones: seguir por la pista o bajar por esta senda estrechita que te lleva a la playa. Esta última fue la que elegimos nosotros:
Muy cerca te encontrarás con esta peculiar fuente:
Y estas playas impolutas:
Y, oh, sorpresa, un foso para dar caza a los lobos, ya sabes, asustándolos con gritos, palos y antorchas para llevarlos hacia esta «trampa», pobrecillos! Y es que hemos visto muchos fosos como éste en los montes, pero es bastante extraño encontrar este tipo de construcciones en la costa…
Continuamos. Imposible dejar mirar atrás y hacer más fotos…
Poco después nos encontramos el Mirador dos Namorados, con esta peculiar formación rocosa que parece, tal cual, dos enamorados abrazados, a punto de besarse… Increíble la Naturaleza!
Muy cerca verás también la piedra del Oso, la Piedra de la Cara, y este ancla:
Una Cruz, recordando a alguien fallecido cerca de aquí…
Alucinarás, si vas en Primavera, como lo hicimos nosotros, con el colorido de la vegetación, junto con los tonos del cielo y el mar…
Cerca de aquí hay una pequeña laguna donde quizás, si es que vas con perros, quieran darse un chapuzón, pues no siempre está el agua del mar a su alcance y además suele haber mucho oleaje. Está un poco escondida, a la derecha de la pista. Justo al otro lado, verás un caminito de tierra que baja hacia el mar. Nosotros optamos por coger esa senda, pero puedes continuar igualmente por la pista principal…
Llegamos tanto por un lado como por el otro, al Cementerio de los Ingleses:
Enclave singular e impactante donde los haya, ya que allí yacen los restos de 172 guardiamarinas ingleses que naufragaron cuando viajaban en el buque-escuela Serpent, en noviembre de 1890, cuando una brutal tempestad estrelló la nave contra a Punta do Boi, dejando la Playa de Trece, cubierta de cuerpos de náufragos, de los cuales, sólo 3 sobrevivieron. Desde entonces, todos los años acudía al lugar un buque de la armada inglesa a arrojar una corona de flores en homenaje a sus muertos, y hasta hace relativamente poco, cuando algún buque de la Marina Real pasaba frente a esta punta, disparaba salvas de honor. Una estremecedora historia que hace a ese lugar merecedor de esos tétricos nombres, Costa da Morte, Playa de Trece, Furna dos Infernos, Laxe dos Defuntos, así como tantos naufragios y muertes de valientes hombres de nuestra tierra, que perecieron en esta costa: en memoria de todos ellos, hay un monolito en este mismo cementerio, homenaje al que nos unimos…
Pero debemos seguir…
Atravesamos ahora la Playa de Trece, donde Petra y Cusca, por supuesto, se pusieron a jugar, caminando hacia la gran duna rampante de Monte Blanco (la arena trepa monte arriba), y nosotros damos fe, pues el viento que hacía ese día, nos lanzaba tanta arena, sin piedad alguna, que tuvimos que abandonar la idea inicial de atravesar la playa para llegar hasta la duna, y tuvimos que subir al camino mucho antes. En fin, debes saber que es la duna más alta de Europa. A lo largo de los años, los vientos han empujado la arena, procedente de la playa de Trece hasta cubrir la ladera a unos 150 metros de altura. A los pies de este monte crecen las caramiñas, arbustos en peligro de extinción. El fruto, de color blanco, aparece a final de la primavera y antiguamente hacían un refrescante zumo con él.
Ahí tienes la Duna, a lo lejos. Nos quedó pena de no acercarnos más, pero como te digo, el viento y la arena nos hacía insoportable el camino. Y eso que nosotros íbamos tapados hasta arriba, imagínate las pobres perras!
Así que subimos hasta la pista principal y empezamos a caminar en dirección contraria ya a la Duna, es decir, hacia el Faro…
Cuando llegas casi a la altura del cementerio de los Ingleses, hay una pista que sube a mano izquierda, y que fue la que cogimos nosotros, para hacer la ruta circular y no volver por el mismo camino.
Desde allí tendrás unas vistas diferentes. La verdad es que dudamos si volver por el mismo camino o no, pero hicimos bien en elegir esta opción, pues la panorámica era distinta y la ibas contemplando todo el rato:
Pasarás justo debajo del Parque Eólico…
Camino del Faro…
Y poco más; llegamos al coche cansados de luchar sobre todo contra el viento. Era tan fuerte, que tuvimos que hacerle la foto a la Joana dentro del coche, o me salía volando!
Una vez allí, no pudimos dejar de acercarnos a visitar de cerca, una vez más, a mi querido «villano», el Faro del Fin del Mundo, el más bonito que he visto jamás…
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Camariñas, provincia de A Coruña
Circular: si
Señalizada: parcialmente
Dificultad: baja, se puede hacer con niños que estén acostumbrados a caminar varias horas
Distancia: 18’48 km
Duración: 5 horas
Consejo: cuando fuimos nosotros hacía un día espectacular, con mucho sol, pero también con mucho viento, lo que hizo un poco incómoda la ruta y a veces las arenas de la playa nos azotaban con fuerza, así que, cuando vayas, procura ver antes la velocidad del viento en aquella zona.
Coordenadas GPS: N 43º 09′ 09» – W 9º 12′ 31»
Mapa
CAMARIÑAS DEL ALMA
En tropel por abrazarse a tus tierras
descompuestos jinetes de batallas,
audaces trotamundos de mil guerras,
delirantes corceles de tus playas.
Cual, si finos bolillos, van bordando
una costa de caprichosas calas,
que la mar tenebrosa va calcando
del cielo colosales antesalas.
“Costa da Morte“, destino y morada;
ocaso efervescente de otra vida,
tenebrosa penumbra embrujada;
“ abra cadabra”… hechizada guarida.
Lamentos a una mar encadenados,
tragedias de mil navíos prisioneros;
abismos que retuercen endiosados
gemidos de intrépidos marineros.
En la cima de la roca más angosta
me inclino, Camariñas, mi adorada,
ante el templo sagrado de tu costa
y el amasijo de tu arte y tu espada.
Antonio Puertas
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