Inmersa en el Macizo Central Ourensano se encuentra una ruta virgen y pura como las aguas del río que la acompaña… Se trata del Itinerario Ambiental da Queixeliña, que transcurre por el mismo y prácticamente único camino que durante años comunicó esta pequeña aldea con el resto del mundo, una aldea ya deshabitada que sigue hoy en día prácticamente aislada del asfalto de cualquier carretera, de molestos ruidos, de toda contaminación y del paso del tiempo… es por ello que decimos que sigue pura, virgen e intacta, porque el que vamos a recorrer hoy, sigue siendo casi el único camino para llegar hasta allí, aunque hay otro que sale desde A Zamorela, y que después se une a éste.
Pero empecemos por el principio, como debe ser: el sendero tiene inicio junto a la carretera que circunda el embalse de Chandrexa de Queixa, muy cerca de la aldea de La Espasa. Veremos el cartel de inicio con extensa información acerca de este itinerario: sabremos gracias a él que este sendero es lineal, tiene una longitud de 6,8 kms y una duración aproximada de 3 horas (todos estos datos son de ida y vuelta). Podremos dejar el coche bien aparcado a pocos metros del panel.
Empezamos ya salvando un pequeño desnivel en sentido ascendente que nos introducirá en un bosque precioso de «carballos» antiguos y hermosos, desnudos ya en esta época, ofreciéndonos así un suave colchón con sus hojas bajo nuestros pies. Parece que todo alrededor quiere envolvernos y transportarnos en un viaje al pasado donde todo es 100% natural, limpio y real, o no…
Seguimos en leve ascenso aunque ahora el suelo ya no es suave y con hojas, sino que se convierte en esta época del año en una especie de riachuelo que desciende sin cesar lavando las piedras del camino.
Desde lo alto vemos y escuchamos bajar al río de la Queixeliña, serpenteando en el fondo del valle entre los verdes prados:
De vez en cuando nos encontramos sorpresas arquitectónicas como ésta, en la que alguien intentó hacer un pequeño cierre en un terreno posiblemente para que el ganado no escapase:
Pero para sorpresa, ésta. Escatológica, si, pero muy importante para cualquier naturalista que comprueba con entusiasmo que el bello animal ha pasado por su mismo camino no hace mucho, y ha dejado constancia de ello. Y así es, queridos amigos, un excremento de lobo en el que se pueden apreciar perfectamente los gruesos pelos del pobre jabalí que fue su banquete:
Continuamos caminando y vemos a nuestro alrededor todavía algunos restos de la nevada que cayó la semana pasada y que tiñó de blanco toda Chandrexa.
Pero la nieve decidió hace días dejar de permanecer estática y quiso ver mundo en estado líquido poniendo los ríos a rebosar:
Es, como ya dijimos, el río Queixeliña, con sus locas aguas, que bajan vocingleras, alegres y cristalinas dando vida, alimento y sentido a este valle, a sus nutrias, a sus bosques de ribera…
Por el sendero veremos diferentes especies de árboles como son los «rebolos«, pradairos, abedules, majuelos, acebos (algunos bien grandes), sauces, grandes helechos y esplendorosos musgos tiñendo de verde las piedras de los antiguos muros que marcaban el camino y cerraban fincas…
De repente nos encontramos un pequeño problema y es que el río Trombás estaba tan crecido que era realmente difícil cruzarlo, pero teníamos que hacerlo si o si. Tuvimos que repartir algunas piedras a lo ancho del cauce para poder ir de una en otra, pero de no haber sido porque llevábamos unas buenas botas de trekking, altas e impermeables, hubiésemos acabado con los pies empapados y aun así, algo de agua nos entró, así que ya sabéis, para esta ruta, (y en realidad para todas) buenas botas y buenos bastones:
Después de cruzarlo podemos disfrutarlo un buen rato ya que el sendero lo va siguiendo siempre paralelo:
En esta zona podremos observar un auténtico bosque en galería «de libro», con los «salgueiros» y los «amieiros» (me encanta su nombre gallego) formando un túnel perfecto entorno al cauce del río, evitando con sus fuertes raíces y sus flexibles ramas la erosión de las riberas y la pérdida de suelo sobre todo en épocas de lluvias y nevadas cuando el agua del río baja tan fuerte arrasando e inundándolo todo:
De nuevo tendremos que atravesar las crecidas aguas, esta vez del Queixeliña, para seguir nuestro camino:
Y poco después, empezamos a ver las primeras edificaciones de la aldea, que estuvo poblada hasta los años 80:
Como ya dijimos antes, A Queixeliña es una minúscula aldea, hoy en día abandonada, en la que vivían apenas 5 familias que se dedicaban a la ganadería, así que algunas de las edificaciones que veremos, serían las cuadras donde guardaban el ganado:
También distinguiremos entre la maleza, ahora muy crecida, un encantador molino que parece sacado de un cuento:
A Queixeliña se encuentra rodeada por numerosos acebos con importantes portes, de hecho, muy cerca de allí se encuentra «O Aceval da Queixeliña«. También hay alrededor varios regatos:
Y unos metros más adelante, algo inaccesible por la vegetación que está muy desmadrada, encontramos «a casa grande», una auténtica belleza envuelta en un halo triste de melancolía y olvido:
Y aquí finaliza esta ruta, en este lugar tan especial que en su día estuvo lleno de vida, a pesar de estar tan lejos de todo…
La ruta acaba aquí, pero nosotros debemos volver al coche por el mismo camino por el que hemos venido, eterno cordón umbilical entre A Queixeliña y el resto del mundo…
Y al volver nos percatamos de algo que se nos pasó desapercibido a la ida, y son estas profundas marcas de ruedas de carros que día tras día, año tras año, pasaron por aquí dibujando surcos de historia en las piedras:
Cuando hayas llegado al coche, habrás hecho un sendero lleno de tradición ,memoria y corazón.
Y si queréis pasar unos días por esta zona, haciendo senderos, o kayak, nadando en el embalse en verano, o disfrutando de las pistas de esquí de la Estación de Montaña de Cabeza de Manzaneda e incluso relajarse en su spá y piscina interior, o simplemente desconectar unos días, podéis alojaros en nuestras Casitas de Requeixo
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Chandrexa de Queixa, Ourense.
Dificultad: fácil
No señalizada, imprescidible GPS
Lineal
Distancia: 6,8 kms (ida y vuelta)
Tiempo: 3 horas (ida y vuelta)
Consejos: buenas botas impermeables y bastones
Mapa: