Hoy nos vamos a Portugal y en concreto nos vamos a su único Parque Nacional, que es una auténtica maravilla: El Parque Nacional da Peneda-Gêres.
Antes de empezar con la ruta en sí, os debo decir que si no conocéis esta joya de Portugal, tenéis que ir con tiempo para ver sus hermosos paisajes, sus grandiosas montañas, sus pueblecitos tan entrañables, sus riachuelos con sus puentes, sus majestuosos árboles, su peculiar ganado… todo en la Peneda-Gêres es como de cuento, como el paisaje de montaña soñado, y ya no os digo nada si está nevado. En el mes de Enero, es raro el año que no nieve allá arriba y os juro que es un paisaje de ensueño. Así que, tenéis que ir, si o si.
Para ir hasta la Peneda, debéis seguir los indicadores que parecen en todos sus accesos. Nosotros lo hicimos desde Melgaço, y son muchos kilómetros de subida, pero son kilómetros de una hermosura inigualable, de un no parar de hacer fotos a las ingentes montañas que aparecen ante nosotros, sintiéndonos hormiguitas, pequeñiiiiiiitas pequeñiiiiiiitas.
Si el camino hasta aquí fue todo un espectáculo, a partir de ahora, no lo será menos, por la diversidad de árboles, que lo hace encantador, y si subes en invierno cuando está nevado, ya ni te cuento! Pero también en Primavera, los tonos verdes, morados y amarillos de la vegetación, mezclados con el azul del cielo y blanco de las nubes, llenarán de colores vuestro espíritu.
Bien, cuando llegamos al Santuario, ésta es la imagen que nos recibe justo antes del aparcamiento:
Dejamos el coche y nos preparamos para subir. Pero hay que prepararse también psicológicamente, porque es ésta una señora subida. A ver, que son 45 minutos venga para arriba y venga para arriba; llegarás con la lengua fuera, pero de verdad que no te lo puedes perder. El inicio del sendero está escondidito justo detrás de unos servicios públicos que han construído recientemente, y bien, empezamos!!! Ánimo!!!
Subimos por este camino empedrado que nos guiará hasta el lago que hay en lo alto. No tiene pérdida!
A lo largo del camino, te encontrarás marcas amarillas y rojas; así es como señalizan los senderos de pequeño recorrido en Portugal; debes seguirlas. Como ves, en esta roca, hay marcada una cruz con esos colores, lo que quiere decir que por ahí no es, lo que pasa es que como a Petra le gusta investigar cada metro cuadrado que hay a su alrededor, por ahí se fue ella, siguiendo el rastro de vete tú a saber qué animal. Después de un rato llamándola, ahí viene corriendo, jajajajaja!
Pronto nos encontraremos una gran roca a la que nos podemos subir para contemplar el paisaje:
Poco a poco vemos cómo las casas se van haciendo más y más pequeñas:
Y los paisajes más impresionantes:
Que pronto empezarán a cambiar:
Tornándose cada vez más agrestes:
Monte bajo y rocas con unas formas que echan a volar nuestra imaginación…
LLegamos a un puentecillo sobre un riachuelo en el que paramos un ratito a descansar.
¡Ya falta poco!
Subimos un poquito más y… llegamos a la cima, a nuestro objetivo, por fin ante nosotros: el lago!
Allá arriba parece que estés en otro planeta.
Verás; lo que hicimos fue rodear el lago siguiendo los caminitos existentes entre los matorrales, eso si, hay que estar muy atentos porque a veces se pierden y por aquí ya no hay marcas de sendero. En fin, que lo bordeamos todo hasta llegar de nuevo al punto donde empezamos y cuando nos hayamos deleitado ya con sus paisajes de extrañas formas y colores, podemos comenzar el descenso hacia el Santuario otra vez.
Cuando lleguemos abajo de todo, si os quedan ganas y no lo conocéis, acercaos a ver el Santuario de A Nosa Senhora da Peneda con su viacrucis, que recuerda mucho mucho al del Bom Jesús de Braga. No te pierdas tampoco la caída de la gran cascada que viene desde lo más alto, allá arriba, donde hemos estado.
Y ya para acabar, un último consejo: si has subido con el coche por la carretera de Melgaço, te invito a que ahora bajes por otra que es también espectacular. Para ello debes retroceder algunos metros por la carretera, hasta que encuentres a mano derecha un puente sobre el Río Peneda, con las barandillas rojas. Coges por ahí, y sigues la carretera, siempre de frente, pero ve atento, porque cuando dejes atrás ese pequeño pueblecito, debes girar la cabeza hacia atrás porque verás desde ahí una de las estampas más hermosas del Santuario con la gran roca y su cascada al fondo:
Espectacular!!!
A partir de ahí, sigue siempre la carretera que te seguirá llevando por unos paisajes de montaña de ensueño.
Espero que os haya gustado! Ahora, contadme, contadme!
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en A Peneda, Melgaço, Portugal
Dificultad: media
Señalizada: si
Circular: si
Distancia: casi 5km
Tiempo: 2h 10min.
Consejo: Ahí arriba suele hacer viento, así que aunque haga calor, llévate algo de abrigo por si acaso.
Coordenadas GPS: N 41º58´27″ – W 8º13´20″
Mapa:
Bueno, bueno, bueno, y… ¿A dónde vamos mañana?