Muchas de nuestras rutas las iniciamos desde
la Vivienda Turística que tenemos en esta bonita aldea, en pleno Macizo Central Ourensano, muy cerca de la Estación de Montaña de Cabeza de Manzaneda y que está disponible para todos los que queráis pasar un fin de semana o unas vacaciones especiales en ella, disfrutando de su entorno, paisajes y naturaleza. Debéis saber que Requeixo está incluido en la Red Natura 2000, y sus montañas limitan con el Parque Natural del Invernadeiro. Por ello, es una zona de alto valor faunístico. No os será difícil observar corzos, ciervos e incluso cabras montesas, y aves como las águilas reales y buitres comunes, difíciles de encontrar en otros parajes. En esta ocasión vamos a coronar los picos de la sierra, hasta llegar a uno de los más altos: O Seixo. Es una de las rutas que realiza todos los años el Club de Montañeros Celtas, pero no está marcada con las típicas señales, por lo cual, debéis estar atentos para no perderos, aunque es muy intuitiva.
Nosotros ya subimos en varias ocasiones al Seixo, y en diferentes estaciones, pero hemos decidido colgar aquí las fotos de la excursión que hicimos en marzo, ya que el paisaje resultaba especialmente mágico, con su manto blanco frío y puro…
Había poca nieve, por lo que la ruta no resultó para nada peligrosa,sin embargo, al ser una ruta de alta montaña, deberéis consultar previamente la predicción meteorológica, ya que puede ser arriesgado subir si os coge de camino una nevada, granizada, tormenta o un temporal. Asimismo si vais en día de mucho calor, tomad las debidas precauciones e id debidamente equipados, ya que no hay ninguna sombra ni agua por el camino. Aseguraos de que no correréis riesgo alguno.
Empezamos, como os digo, en la aldea de Requeixo, en el mismo punto donde la otra ruta, justo al final del pueblo, en la placita donde está el lavadero. Se puede iniciar desde la antigua escuela, por la cual podríais subir un trozo por una carretera de montaña, la mayoría de la gente lo hace por ahí, porque no conocen la subida desde el lavadero del pueblo, mucho más bonita por el paisaje…. así que nosotros elegimos esta alternativa, es un camino rural que asciende hasta el mismo punto que la carretera y que era el paso utilizado por los pastores cuando ascendían a la sierra. Desde esta parte, difrutaréis de unas hermosas vistas de Requeixo, que poco a poco, vamos dejando allá abajo…
En una de las curvas del camino podréis observar la huella del pasado: unas marcadas hendiduras en la roca son prueba de las innumerables veces que los carros que iban a Camba, en Verín, pasaron por aquí:
Un poco más arriba, atravesaréis un regato, y podréis acercaros a un mirador natural que os obsequia el camino…
El paisaje se va abriendo ante nosotros espectacular…
El camino hace una curva muy cerrada hacia la derecha. A tu izquierda verás un bosquete de vegetación alta y tupida que asciende por la ladera de una montaña: a menudo por ahí pueden verse corzos ramoneando los arbustos tranquilamente, aunque saldrán corriendo cuando os vean o escuchen. Probablemente podréis seguirlos a lo lejos mientras corren ya que, al hacerlo en dirección contraria a nosotros, se les ve perfectamente el pelaje blanco que tienen en la zona del culete y el rabo.
A partir de aquí la vegetación empieza poco a poco a hacerse cada vez más baja: pasaremos de altos matorrales a pequeños brezos, y más tarde a pastos de alta montaña y roquedo.
Hemos llegado al «Chao do Couso» una zona llana desde donde podrás ver que estás rodeado de montañas, montañas y más montañas ingentes y cuya formación ocurrió hace millones de años…
Los humanos no éramos los únicos que nos quedábamos absortos por las espectaculares panorámicas que nos dejan, de verdad, sin palabras y sintiéndote muy pequeño en medio de tanto «gigante»:
En esta zona, por cierto, nos encontramos , esta interesante egagrópila:
Como sabrás, algunas aves regurgitan egagrópilas, restos de pelo y huesecillos indigeribles de los animales que engulleron. En ésta, en concreto, se puede ver claramente un diminuto cráneo de un pequeño roedor.
Seguimos caminando por la parte oeste de la montaña, donde empiezan a aparecer de nuevo, arbustos y brezos que en esta ocasión lucían así de especiales, vestidos con su traje de hielo, confeccionado por el fuerte viento:
Durante un rato, seguiremos caminando en llano o leve subida que te permitirá disfrutar más de todo lo que aparece ante ti, o mejor dicho, a tu alrededor:
Deberás ir atento a los rastros, como en este caso, en el que vimos estas diminutas huellas y, siguiéndolas, nos encontramos a su dueño, un pequeño y ratoncito, que se escondió al sentirnos, entre la vegetación, y se quedó observándonos curioso y olisqueándonos desde su escondite.
A pesar de que le hicimos algunas fotografías, no conseguimos ninguna en la que se le vea bien.
Continuamos pues, ansiosos de volver a alucinar con la impresionante orografía del lugar y de las curiosas formas que el viento aquí, como todopoderoso diseñador, esculpe en las rocas, año tras año, milenio tras milenio, siempre, incansable…
Estaos atentos ya que tras 15 minutos desde O Chao nos hemos de desviar del camino para subir al Alto do Muxidoiro y retomarlo allí, este lugar recibe este nombre porque que allí, según nos cuentan los lugareños «muxían» las cabras, esto es, las ordeñaban. Aprovechaban las pías o huecos naturales de las rocas para mezclar allí la leche con pan y alimentar los perros que acompañaban al ganado. Los pastores, a su vez, también aprovechaban la parada y el lugar para comer.
Nos apasionan estos encantadores pasillos al borde de unas vertiginosas laderas que caen varios metros (muchos) hacia abajo…
De nuevo el viento, jugando a modelar:
Éste es el paisaje que te espera allá arriba:
vacío de ruidos y lleno de emociones que te inundarán…
Cuidado en estos escalones, ya que, aunque preciosos, pueden resultar muy resbaladizos con lluvia o nieve:
Y hablando de corzos y de huellas… aquí tienes una muestra de la fila de pisadas de este bello cérvido:
Observa estos afilados «cuchillos» de roca:
Y llegamos a un punto importante en la ruta, que es este paso de «lousado» o pizarra, Paso das Portas, una auténtica maravilla, obra, esta vez, de la mano del hombre, que parece ser que tuvo su origen en una calzada romana.
De nuevo nos encontramos las huellas de algún amigo que pasó poco antes por aquí:
Y después de un ratillo caminando en llano, toca subir otra vez:
Al poco nos cruzaremos con unas piedras blancas de cuarzo llamadas «os Seixos», que esta vez no destacaban precisamente mucho ya que todo estaba de ese color. Están justo donde nos encontramos con la pista que lleva a Camba, (Verín).
Y empezamos ya a ver allá a lo lejos el marco geodésico de O Seixo, nuestra meta. Una última subida, esta vez luchando contra el viento gélido, y ya estamos!
Fijaos en las curiosa manera en que la nieve se «aferró» al marco, impresionante:
Por cierto, ese perro que aparece en la foto, es Tobi, de Requeixo, que fue nuestro guía, voluntario y siempre incansable, durante toda la ruta.
Pues en este punto hay un buzón de cumbre del Club de Montañeros Celtas, donde aparece grabada la altitud a la que os encontráis: 1.707 metros. en su interior, los montañeros que llegan a la cumbre, depositan tarjetas en donde ponen el nombre de la cima, la altura, qué ruta utilizaron para subir, la hora de llegada, datos personales, etc. Cuando un montañero recoge la tarjeta que hay en su interior, la envía a la dirección que consta en ella. Interesante, no?
Aquí os dejo unas imágenes de las panorámicas que contemplaréis desde lo alto. Cuando estés allí, fíjate bien porque se ven las antenas de la cercana Estación de Montaña de Cabeza de Manzaneda:
La última vez que hicimos esta ruta, no estaba señalizada y era lineal, por lo que tocaría regresar por el mismo camino. Pero hace poco se diseñó un itinerario circular, se señalizó, y se hicieron folletos con toda la información necesaria para hacerla, así que aun tenemos pendiente hacer la ruta completa, pero si alguien quiere información sobre el nuevo trazado de la ruta, que se ponga en contacto con nosotros e os la daremos encantados.
De modo que nosotros volvimos por el mismo camino. Cuando lleguéis al Chao do Couso otra vez, la zona llana de pasto, tenéis dos opciones: una, bajar por el camino por donde subisteis, y dos, bajar por el otro camino, que queda como de frente, que os lleva a la carreterita de la que hablábamos al inicio, desde donde mucha gente empieza la ruta. Ahí nos encontramos estas piedras afiladas que nos recuerdan a las de más arriba y también estas bellas y tempranas Romuleas clusianas, o «Abeirotas»:
En esta variante de la ruta pasarás por nuestro Mirador de las Estrellas y de las Montañas, donde podrás sentarte en el banco a ver las ingentes montañas de día y las estrellas y la luna por la noche, ya que dado que nos hallamos a unos 1.300 metros de altitud y tenemos cero contaminación lumínica, no te imaginas el espectáculo de estrellas que la Naturaleza te brindará:
Esta es la carretera que lleva a la vieja escuela. Por ella llegaremos, en nada, al Requeixo:
Bajando por esta carretera, pasarás por delante de la vieja escuela:
Y un poco más adelante, en medio del pueblo, verás la casa en la que Valentín Paz Andrade vivió su exilio algún tiempo, hoy, por desgracia, en ruinas:
Y a pocos metros encontraréis Las Casitas de Requeixo
Pues como ya he dicho, esta ruta la hemos hecho ya varias veces, una de ellas en verano. Aquí tienes algunas fotos de ese día, para que veas cómo cambia el paisaje, y qué bonito está en todas las estaciones.
Las espectaculares montañas:
El pastizal de O Chao do Couso:
Subiendo a O Muxidoiro con mis tres montañeras:
Las afiladas «laxes»:
Y aquí una foto con Paco, amabilísimo Guarda Forestal del vecino Parque Natural de O Invernadeiro, con el que pudimos hablar un buen rato y nos dio muchísima información acerca del mismo, que por cierto, visitamos poco después para realizar algunas rutas:
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Requeixo, Chandrexa de Queixa, Ourense.
Dificultad: media-alta
Señalizada: si
Circular: no
Distancia: 13 kms (ida y vuelta)
Tiempo: 5 horas (ida y vuelta)
Consejos: bastón que te ayude a subir y bajar, botas que agarren bien, pues las losas son muy resbaladizas, agua (no hay nada por el camino), protección (gorro, crema solar, no hay ninguna sombra) si hace calor, antes de realizarla, consulta siempre la predicción metereológica, recuerda que es una ruta de alta montaña.
Mapa: