Ruta da Seimeira

Hoy nos vamos lejos muy lejos a hacer una ruta chulísima a nuestra querida hermana Asturias, a pesar de que nuestro Blog trata sobre todo de senderos de Galicia y Portugal, hoy vamos a hacer una excepción porque la ocasión bien lo merece, y la verdad es que está pegadita a Galicia, en concreto, al ayuntamiento de A Fonsagrada. Nos hemos ido a descansar unos días a A Casa do cabo, unos apartamentos rústicos encantadores con una decoración exquisita y acogedora y totalmente equipados, que hicieron perfecta nuestra estancia allí, además de estarle muy agradecidos a Alicia, por sus consejos acerca de las rutas de senderismo que realizamos por la zona. Todo nos gustó, pero lo que más, que pudiésemos llevar a Cusca y Petra, tan amantes del senderismo como nosotros, y así, nos sentimos como en casa.

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Apartamento de Casa do Cabo donde nos hospedamos.

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Zonas comunes de Casa O Cabo.

Llegar al inicio de esta bonita ruta es super fácil, más que nada porque en esa zona las rutas de senderismo están muy bien señalizadas, en las carreteras aparecen sin cesar indicadores invitándote a realizar las rutas, un gustazo! En esta zona se le llaman «seimeiras» a las cascadas o fervenzas, y muchas de las rutas se llaman así, «seimeira de tal» «seimeira de cual»… Pero ésta es la Ruta de Seimeira, a secas. Vamos hasta Santa Eulalia de Oscos, ya en Asturias, un pueblecito que te cautivará sin duda. Allí ya verás indicadores en todos los cruces  que te llevarán hasta el inicio de la Ruta, en un área recreativa, así que no te preocupes, porque la vas a encontrar a la primera, si o si.

Dejamos el coche, le echamos un vistazo al cartel para hacernos un poco a la idea de lo que nos vamos a encontrar, atravesamos la carreterita y allí mismo aparece la primera gran sorpresa que nos ofrece el camino, y es este precioso pueblo como de cuento, con sus casitas todas igualitas, su puente, su río… es Pumares, un pueblecito que te enamorará y al que le harás miles de fotos.

 Dejamos atrás el pueblo y nos adentramos en el frondoso bosque llevando siempre a nuestro lado el río Agüeira, que nos acompañará y nos guiará hasta su hermosa cascada. La senda no puede ser más encantadora: vas caminando sobre un esponjoso colchón de hojas secas que crujen al paso:

 El río fluye vocinglero a tu lado siempre:

 

No tendrás problema en seguir el sendero, pues está muy bien señalizado:

 

El camino te va dando sorpresas de puentes…

 Rocas…

 Poblaciones abandonadas, como esta de A Ancadeira:

Muros semiderruidos…

Setas…

 Y árboles…

 Muchos árboles viejos…

Y extraños…

 Muy extraños…

 Que te impresionarán…

 Casi llegando al final, la senda se bifurca y aquí debes tomar la decisión de qué camino tomar: si a la izquierda para ir a la aldea de Busqueimado, o a la derecha para llegar a la cascada.

Si quieres ir hasta el pueblo, debes cruzar el río, y seguir el camino hasta la capilla de San Pedro, frente a la que se hayan dos hermosos tejos, que son nada más y nada menos que Monumento Natural: 

«Los pueblos celtas veneraban al tejo dado que formaba parte de algunos de sus rituales al ser considerado un árbol sagrado, probablemente debido a la extraordinaria longevidad de la planta, que la hace parecer inmortal. Los druidas con sus ramas hacían bastones “mágicos” y con palillos de tejo adivinaban el futuro. La llegada del cristianismo no cambió este aura mística del tejo. Los cristianos, a menudo, construyeron sus iglesias y cementerios al lado de tejos que ya habían sido sagrados para los celtas. Por esta misma razón, en España, ha sido plantado profusamente en la Cornisa Cantábrica al abrigo de ermitas, iglesias y cementerios desde tiempos remotos, como símbolo de la trascendencia de la muerte, y es habitual encontrarlo en las plazas de los pueblos, lugar de reunión y encuentro de vecinos, lugar sagrado en el que se hacía la asamblea, la ley y la fiesta. Emblema, lugar común, legado vivo que debemos conservar, regenerar y transmitir íntegramente a las futuras generaciones». (De Waste.ideal.es)

Volvemos sobre nuestros pasos para ir hasta el cruce e ir ahora a la cascada. Como verás en el cartel, está a sólo 300 metros. Ya falta poco!

Y ya por fin, ante nuestros ojos, la esperada «seimeira»:

La cascada es preciosa, como ves, le querrás hacer mil fotos, pero debes ser cauto, pues las rocas que hay justo delante de la poza son totalmente lisas, muy inclinadas y resbaladizas, así que debes caminar mirando muy bien dónde pisas si no quieres acabar magullado. Las perras son muy ágiles, pero también se llevaron más de un resbalón, claro que a ellas les da igual darse un bañito y a ti, a lo mejor no, jejejejeje!

Y ya, después de deleitarnos con esta preciosa fervenza, debemos hacer el camino de nuevo, en sentido inverso, en el que nosotros volvimos a hacer fotos y más fotos, como si nunca hubiésemos pasado por allí:

 Mi Cusca, tan guapa ella, que parece un lobito!

 Ya llegamos de nuevo a Pumares…

 Donde nos sentamos un ratín a descansar…
 

Y deleitarnos con su entorno de cuento:

Y ahora volvemos a A Casa do Cabo, a darnos una duchita caliente y acurrucarnos frente la chimenea:

Petrilla descansando frente a la chimenea, mmmmmm, qué gustito!

 

Como estoy segura de que estás deseando ir a pasar unos días a A Casa do Cabo, para que puedas hacer tu reserva, pincha en

Casa do Cabo

 
 

FICHA TÉCNICA:

 
Dónde: Santa Eulalia de Oscos, Asturias

Circular: no

Señalizada: si

Distancia: 9´17km (ida y vuelta)

Tiempo: 3 horas, 11 minutos (ida y vuelta)

Dificultad: fácil

Coordenadas GPS: N 43º 15´39´´   –   W 7º 01´50´´

Mapa:

 

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Cómo llegar

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