¿Nos vamos a Caldas de Reis? ¡Venga, vamos!
Un domingo de mayo, caluroso, muy caluroso, nos fuimos de ruta Tres Pés pa un Banco (Josiño, Ana y yo) con una pareja de amigos encantadores, María y Alfonso, y nuestras perritas Rufy, Petra y Cusca…
El inicio de esta ruta está muy fácil de encontrar, ya que empieza en la carballeira de Caldas, con lo cual, sólo tienes que acercarte hasta allí, donde, además, encontrarás mucho sitio donde aparcar…
La alameda de Caldas está al lado del Río Umia, es amplia y con numerosos árboles que proporcionan una sombra de lo más apetecible en verano.
Desde ahí arranca un camino de tierra río arriba, el cual debemos coger…
Empezarás a sorprenderte ya de la belleza del lugar, del río, de sus aguas transparentes y poco profundas, ¡qué ganitas de bañarse!
A pocos metros encontrarás este puente de madera que te invita a cruzar el río:
Aquí tienes dos opciones: cruzarlo y subir por el lado derecho del río, que tiene muuuuucho asfalto, y así hacer la ruta circular, o no cruzar, subir por el lado izquierdo, que es en general más bonito, y bajar por el mismo sitio, lo que hace la ruta lineal y menos entretenida, pero eso lo dejamos a tu elección. Nosotros quisimos hacerla circular, así que cruzamos, a pesar del asfalto…y desde el puente pudimos disfrutar de lleno de la belleza del Umia, hacia un lado y hacia el otro:
Poco después nos encontramos este otro puente de piedra, muy largo, en el cual los humanos aprovechamos para hacer fotos y las perras para bañarse:
Continuamos: al principio vamos por un camino de tierra…
Pero después tristemente se convierte en asfalto. Atravesamos la pequeña aldea de Segade de Abaixo, y después pasaremos por la nueva Central Hidroeléctrica:
Vemos algunos molinos mientras seguimos caminando por la carretera. Esta ruta, que hace años estuvo homologada, (de hecho, irás encontrando numerosas marcas de color amarillo y blanco) perdió esta condición por tener demasiado asfalto, y la verdad, no entendemos cómo no acondicionan el sendero de pescadores que va río arriba por este lado, porque de hacerlo, resultaría una ser una ruta fluvial de lo más atractiva y sencilla para realizar incluso en familia… una pena!
Llegarás a una curva en la que la ruta sigue por la derecha, pero a la izquierda, encontrarás este mirador. Francamente, las vistas no son muy bonitas, si bien, es cierto que divisarás al otro lado del río, las ruinas de la vieja «Fábrica de la luz», que después visitaremos.
La ruta sigue, como te dije, por la carretera que sube. Es asfalto, pero lo cierto es que nosotros apenas encontramos tráfico. Esta carretera más tranquila, desemboca en otra más transitada, por la que debemos caminar unos metros, así que si vas con niños o perros, en este tramo deberás tener especial cuidado.
Como te digo, a unos metros, verás a mano izquierda un cartel rosa y otro de madera de la propia ruta, ya muy viejo, que te indican el caminito hacia el Puente Romano de Segade, así que los seguimos y empezamos a bajar por una senda estrecha de tierra y hierba, hasta que llegamos al bonito puente:
Al otro lado del mismo, encontrarás unas escaleras que bajan hacia un curioso lugar, a pie del río, al que te recomiendo que vayas para poder disfrutar de una hermosa perspectiva del puente:
Como dice en un panel informativo que allí encontrarás, data del año 1729, fue reconstruído tomando como base los restos de una antigua construcción romana.
Aquí las perras aprovecharon para nadar un rato, ya que las pobres, venían llenas de calor por el duro tramo anterior…
¿me ha salido un pareado? jajajajajaja
También encontrarás este pasadizo que va por debajo de estas rocas…
Y al otro lado, este mirador:
Ahí tenéis a Ana, cual sirenita, refrescándose…
Después del baño y de la sesión de fotos, regresamos al camino principal, así que subimos de nuevo por las escaleras…
Subimos por esta antigua vía romana:
Un nuevo tramo de asfalto nos espera, hasta que otro indicador de madera del sendero(muy viejo) te manda bajar hacia la «Fábrica de la Luz». Pues bien, lo seguimos encantados de abandonar la carretera, y descendemos ahora hasta este otro mirador hacia el río Umia:
Y ya vemos la hermosa «fervenza»:
Acercándonos un poquito más hacia ella, pasamos por los restos de la Central Hidroeléctrica, que guardan, a pesar de todo, un cierto encanto…
Y ya, por fin, el punto más esperado de toda la ruta: la cascada!
Es un lugar hermoso e ideal para pasar un día o una tarde, descansando o tomando el sol en sus rocas, y refrescándose en sus aguas cristalinas…
Aunque también debemos advertir que tanto una cosa como la otra conlleva un cierto peligro: las rocas, con una cierta pendiente, son muy resbaladizas, y el agua baja con mucha fuerza, así que, siempre, por favor, mucha precaución! También mucho cuidado con los perros, porque a nosotros nos sucedió que alguna se metió a darse un baño, y después le costó salir del agua porque la roca estaba muy pero que muy resbaladiza.
Pero teniendo cuidado, la verdad que el rincón es espectacular y encantador. Aquí tienes a nuestra mascota Joana contemplando la fuerza del agua:
Y aquí a mi Cusca, muy precavida ella, mojando sólo las patitas…
Y después de refrescarnos los pies a la par que disfrutábamos de las vistas del incomparable lugar, decidimos arrancar de nuevo… río abajo…
A muy pocos metros de la cascada y la poza que allí se forma, encontrarás este puentecito de madera, y una nueva y encantadora poza… ¡más fotos!
Y aparecen los primeros molinos…
Encontrarás rincones como éste que te harán dudar si estás soñando…
Algunos molinos están en estado ruinoso, pero te permiten «entrar» en ellos y explorar, como Ana y Alfonso, en esta imagen (a Ana casi no se la ve, pero está, jajajajaja)…
Después volvemos a atravesar una zona de asfalto entre las casas: es Segade de Arriba. Pero ya de nuevo, estaremos caminando por una senda mucho más apetecible, en la que iremos encontrando más molinos: muchos de ellos están restaurados y lucen un aspecto de lo más lozano y saludable, de lo cual nos alegramos inmensamente!
También te irás encontrando «pontellas» como éstas:
El camino transcurre ahora acompañando siempre al río a muy pocos metros, por esta cómoda senda en la que también hay alguna fuente y algún banquito, que invita a descansar y a contemplar el río en su pausado pero constante fluir…
Y un ratito después, empezamos a divisar el viejo puente de piedra tan bonito en el que estuvimos al comenzar la ruta…
Con lo cual, deducimos ya que estamos realmente cerca del inicio, sobre todo cuando aparece la pasarela de madera…
Y despedimos el sendero con esta hermosa amiga:
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Caldas de Reis
Señalizada: si (aunque las marcas son muy viejas y algunas no se ven bien)
Circular: si
Duración: 7kms
Distancia: 2horas 15 minutos
Dificultad: baja, es bastante fácil de hacer, incluso con niños
Consejo: precaución en la zona de la cascada y la poza, (sobre todo si vais con niños y/o perros) pues las rocas son muy resbaladizas. No es muy recomendable hacer esta ruta un día de mucho calor, ya que la zona de asfalto se hace un poco dura.
Mapa:
Que fermoso percorrido! Dan ganas de imitarvos. Moi bonitas as fotos. Un saúdo.
Moitas grazas, Teté!!! pois xa sabes… a rutear!!!
Anotada para hacer.