¿Sabéis que en Galicia tenemos una playa fluvial con bandera azul?
Pues si, es la Playa de A Calzada y está en Ponte Caldelas. Es éste un galardón que se le otorga a aquellas playas que reúnen unas condiciones más que óptimas en cuestión de calidad de sus aguas de baño, información y educación ambiental, gestión ambiental y seguridad, servicios e instalaciones.
Además de esta playa, Ponte Caldelas cuenta con uno de los senderos con más encanto de Galicia… y precisamente se encuentran los dos (playa y sendero) a orillas del río Verdugo, que a pesar de tener ese nombre tan siniestro, está lleno de vida y de color:
Dejamos el coche en un aparcamiento al inicio de la ruta, muy cerca del centro del pueblo, y empezamos la ruta caminando ya al lado del río, por un amplio paseo, que te irá obsequiando a cada rato, con bonitos miradores de madera, bancos de piedra donde sentarte a descansar y observarlo, y muchas otras cosas que ya os iremos contando a medida que vayamos recorriéndola…
Al comienzo de nuestra andaina nos encontramos esta pasarela de madera que adorna el paisaje…
y éste otro, más ancho y antiguo y seguramente con un montón de historias que contar:
El amplio paseo se convierte ahora en una encantadora senda junto al río. También podríais ir por arriba, a nivel de la carretera, donde incluso hay carril bici, pero nosotros preferimos esta opción, ya que además de ser más chula, es muy cómoda si vais con perros, puesto que no hay riesgo de coches y se pueden bañar y beber todas las veces que quieran:
Todavía allí, cerquita del centro de Ponte Caldelas, aparece al otro lado del río, la Fábrica de la Luz, que guarda ese encanto mágico que tienen las cosas «de antes»:
Ponte Caldelas fue uno de los primeros pueblos de Galicia e incluso de España en tener luz eléctrica y todo esto gracias a esta «pequeña» Fábrica de la Luz, de la cual fue promotora Clotilde Fernández Orge, mujer moderna e ilustrada con una gran personalidad que quiso dotar a su pueblo, Ponte Caldelas, de luz eléctrica, al igual que la vecina Pontevedra, que ya disfrutaba de este gran invento que revolucionó la vida en aquella época. Pues bien, en 1907, Clotilde llevó a cabo grandes obras de perfeccionamiento de la presa, ampliando el canal de conducción, eliminando cuatro ruedas del molino de su abuelo, Juan Manuel Orge Piñeiro, para instalar en él la Fábrica de la Luz, que era sierra hidráulica de día y por la noche se cambiaba la correa para que la turbina alimentase un dinamo que producía la corriente continua que iluminaba la villa.
Más adelante, nos encontramos a un pescador… Petra intentó que éste le diera alguna caricia, pero no fue posible porque… no era de verdad, sinó que era una estatua homenaje a los pescadores:
Llegamos ahora a la Playa Fluvial en cuestión, con su área recreativa, mesas, amplio aparcamiento, y algún que otro puentecillo de madera que la hacen, si cabe, más bonita:
En la temporada de lluvias, las piscinas fluviales se ven tal que así:
Pero en verano, con menos agua, es una zona de baño segura además de preciosa, donde, incluso se hacen actividades de Educación Ambiental, algo que nos encanta ya que nos parece muy importante. Es éste un espacio en el que puedes pasarte una jornada de verano de lo más divertida ya que está muy completa!
Pero una vez disfrutada el área recreativa, retomamos nuestro camino y la verdad es que se nos muestra de lo más apetecible:
El color del agua, nos atrapa en todo momento:
Y algunos de sus habitantes, que nos fascinan:
El sendero en este punto tuerce a la izquierda pero nosotros continuamos unos metros más siguiendo el río, hasta llegar a esta mini playa en la que existió un molino del que podemos intuir su estructura, pues las piedras están esparcidas a modo de cascada muy cerca del río. Pero además, enterrada en la arena junto al agua podréis observar la «moa» o piedra circular, que perteneció al molino:
Bueno, pues, como ya os dije aquí debemos regresar hasta el punto en el que sube por este eucaliptal, un paisaje que ya no nos gusta tanto y la cual es explotada por la comunidad de montes del lugar…
Este sendero está señalizado por estas marcas azules. La verdad es que estas señales son muy numerosas, pues las encontramos a cada rato, pero en este punto exacto en el que debemos apartarnos del río para subir por el bosque de eucaliptos, la verdad es que no está, imaginamos que existió pero desapareció por algún motivo, así que debéis estar atentos para tomar el camino adecuado…
Existen otras señalizaciones que son éstas, unos paneles con un pequeño mapa de situación y algunas indicaciones para que podáis saber hacia dónde llevan los caminos, por lo que siempre suelen estar en los cruces. Debes saber que en ocasiones estas indicaciones te invitan a tomar atajos. En este cruce exactamente es donde la ruta deja de ser lineal y comienza una parte circular. Después volveremos a pasar por este punto:
Caminamos entre viejas «corredoiras» y caminos húmedos perfectos para dar vida al verde musgo que le da ese aspecto tan acolchado a las piedras y que nos hace volver, con sólo sentir su olor puro y fresco, a nuestra infancia… ese musgo que por cierto, debéis saber, no se debe arrancar, pues es muy importante en el funcionamiento de los ecosistemas…
Caminamos también a menudo rodeados de viejos y sabios «carballos» y con esta imagen queremos hablaros hoy de las agallas, «bugallas» o «cocas» ya que a menudo la gente piensa que se trata de frutos del roble, cuando en realidad son formaciones que el árbol produce como respuesta a un elemento extraño como puede ser un huevo de insecto depositado en una de sus ramas. A menudo cuando observamos las agallas con detenimiento, vemos unos pequeños agujerillos que no son más que los túneles que han hecho los insectos desde dentro de esta esfera para salir al exterior.
Detalles de la ruta que nos enamoran por su sencillez y belleza:
Continuamos!
De repente, ante nosotros, un río de no muy grandes dimensiones resultó ser un pequeño problema debido a que gracias a las intensas lluvias caídas en los dos últimos meses, bajaba realmente generoso y no era fácil cruzarlo, ya que, por supuesto, no tenía ningún puente ni otro medio que facilitase la operación. Aún así, después de buscar la mejor opción, encontramos un punto en el que el río se estrechaba bastante y los árboles, a su vez, colaboraron con la causa…
Atravesamos bosques de cuento habitados por fantásticos seres:
Caminando por las inmediaciones de Portasouto y su famosa «carballeira«, nos encontramos con estos indicadores de madera que en realidad corresponden a otra ruta de senderismo, cuyo trazado es compartido en esta zona con la nuestra, es el PR-G 109, Ruta das Almiñas e do Foxo do Lobo, más concretamente.
No nos encontramos al lobo, pero si a este otro ser, que nos cautivó:
Descendemos un poco hasta que nos volvemos a encontrar con el río Verdugo, y los famosos también Pasos de Portasouto, que debemos cruzar:
Al otro lado, justo de frente, nos aguarda este llamativo Peto de Ánimas:
Justo después debemos atravesar otro cauce mediante estos otros pasos:
Durante un buen rato caminaremos junto al río, pero esta vez, por la otra orilla, y tomando ya el rumbo que nos llevará hacia el inicio:
Nos encontraremos este puente de madera que, para ser sinceros, necesitaría un arreglito o, mejor aún, jubilarse:
Disfrutamos de la vegetación autóctona y nos encanta encontrarnos grandes ejemplares de acebo:
Y algún que otro regalito (con mucha información en su interior, por cierto) que nos ha dejado algún habitante de este bosque:
En este punto encontraremos un fuerte desnivel que podemos salvar gracias a estas escaleras metálicas:
De nuevo, esos verdes increíbles del río:
Ahora nos volvemos a encontrar otros pasos: uno de ellos, está más bajo que los demás, por lo que en esta ocasión, dado el caudal que llevaba el río, el agua pasaba por encima de éste. Menos mal que llevábamos, como siempre, unas estupendas botas con un excelente agarre en la suela y una muy buena impermeabilización con las que pudimos apoyar igualmente el pié en ella. Debéis tenerlo en cuenta si vais con niños o con perros. Siempre tenéis la opción de acortar el sendero siguiendo las otras marcas, las de los paneles, evitando así cruzar los cauces a través de los pasos.
De nuevo, otro puente de madera:
Nos encontramos esta señal que nos indica que entramos en un Refugio de Fauna:
Nos llama la atención por sus bolitas rojas este único ejemplar de rusco, (Rucus aculeatus), «xilbarda» en gallego:
En pocos minutos llegamos al cruce por el que pasamos anteriormente, de modo que cerramos la parte circular y ahora regresamos a la parte lineal, es decir, al tramo que ya hemos hecho. Pronto llegamos de nuevo a la playa fluvial de A Calzada:
Regresamos hasta nuestro punto de inicio pero no abandonamos ahí la marcha sino que continuamos unos metros más en busca de algunos puntos que queríamos visitar, tales como los canales de agua, las represas o la vieja capilla, en el terreno donde años atrás estuvo el antiguo balneario, esta preciosidad en ruinas:
Esta zona tampoco es muy recomendable si lleváis niños, ya que hay que caminar por ese estrecho muro de hormigón con el canal a un lado y el río al otro, y si lleváis perretes, mucha precaución.
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Ponte Caldelas
Señalizada: si
Circular: si
Duración: 3 horas 30 minutos
Distancia: 9,8 km
Dificultad: fácil
Consejo: en esta ruta hay que atravesar el río en varias ocasiones a través de «pasos» de piedra, es por ello que no la consideramos adecuada para realizar con niños pequeños a no ser que tomeis los atajos. Por otro lado, sería bueno que llevaseis un calzado impermeable porque el agua a veces fluye por encima de estos pasos, aunque eso es algo que os lo recomendamos para cualquier ruta, puesto que siempre nos encontramos zonas encharcadas, o llenas de barro, incluso en verano. La última parte que mencionamos del sendero, la que discurre por el canal, tampoco es muy segura para hacer con peques.