Hemos recorrido las orillas del río Miño en su viaje hacia el mar en varios puntos diferentes, en las tres provincias por las que discurre y también en ambas orillas: la española y la portuguesa. Y hoy lo vamos a hacer una vez más en un ayuntamiento donde aún no lo habíamos hecho, y éste es Arbo.
Empezamos nuestra ruta en la playa fluvial del río Deva, en San Xoán de Mourentán, un lugar que ya te enamora nada más llegar, por su pintoresco conjunto etnográfico, el puente románico, un hermoso molino, las aguas del río Deva que le aportan una estética de cuento, el merendero…
Este puente fue escenario de una batalla que tuvo lugar en el 1809 contra los franceses en la guerra de la independencia:
Un espacio singular donde pasar un bonito día de verano, sin duda. Pero nosotros hoy veníamos con otra idea, que era rutear…
Y es que nada más llegar, veréis varios paneles de madera con información acerca de diferentes rutas y lugares de interés de la zona. Uno de ellos nos aporta una idea de por dónde vamos a caminar hoy y qué nos vamos a encontrar en el camino…
Así que empezamos, porque nos esperan un montón de cosas bonitas que ver y sentir…
El sendero arranca unos metros más arriba de la playa fluvial, en la cuesta de acceso, verás un panel que así lo indica. Desde ese panel, debemos bajar bastantes metros hasta llegar casi a la orilla del río, y caminamos por este sendero:
Después subiremos por una pasarela de madera y volveremos a ascender de nuevo.
Pronto pasaremos por debajo del puente del ferrocarril:
En esta zona nos encontraremos mesas con bancos en varios puntos:
Poco después de este puente de madera, nos encontraremos un parque donde hay varios tréboles gigantes de piedra, a modo de bancos:
Ya estamos muy cerca del puente internacional que cruza a Portugal, de hecho caminando por esta senda, llegaremos hasta él:
Y hasta este mirador donde hay un panel informativo que nos habla de la «Pesqueira do Coxo»:
Ahora si, pasamos por debajo del puente que cruza a Melgaço:
Pero nos detuvimos un rato allí mismo observando la gran cantidad de golondrinas que había bajo el puente, posadas en las columnas y sobrevolando con locas piruetas las aguas del Miño. Después, una vez pasado el puente, llegaremos a un área recreativa donde también se podrá pasar un agradable día de verano. Desde ahí también veremos pesqueiras:
A partir de aquí tendremos unas vistas al Miño impresionantes:
Os gustarán mucho, ya que, además de que nos acercamos más a sus aguas, su aspecto se vuelve mucho más salvaje y abrupto:
Ahora llegaremos a unas pasarelas de madera:
Donde además se hizo un mirador que te acercará mucho más al río y te dará la sensación de estar casi casi sobre sus aguas:
Después de disfrutar de esas impresionantes vistas, continuaremos caminando por las pasarelas de madera:
Y en ocasiones por sendas de tierra, que a veces cuentan con cuerdas para ayudarte si las necesitas y así salvar los diversos desniveles, algunos de ellos bastante fuertes:
El río sigue discurriendo bravo y espectacular:
Ahora el camino va bastante alto, lo que permite tener unas panorámicas espléndidas:
Pero de nuevo toca descender:
Cruzaremos un riachuelo y volveremos a subir…
Poco después, el camino llega junto las vías del tren (así que mucho cuidado si vas con niños o perros), y justo ahí nosotros decidimos dar la vuelta…
Y regresar al inicio de nuestro recorrido, siguiendo el mismo trazado en sentido inverso, lo que nos permitió disfrutar de nuevo de los bonitos paisajes, esta vez desde otra perspectiva:
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Arbo
Señalizada: si
Lineal
Duración: 2 horas 30 min, (ida y vuelta)
Distancia: 7’81 kms, (ida y vuelta)
Dificultad: baja
Mapa: