Hoy nos vamos a las afueras de A Pobra de Trives, a un pueblecito que se halla a 3 kms de allí. En la carretera que une esta población con Castro Caldelas, veréis indicadores que os invitan a ir a Pena Folenche, y una vez allí, ya veréis la gran roca, a la que debe su nombre, coronando este pequeño pueblecito.
Debéis atravesar la aldea y ya casi cuando hayáis dejado atrás las casas, veréis un panel informativo de la ruta en el que, por desgracia, ya es imposible leer nada. Pues bien, ahí mismo o unos metros más adelante, hay espacio para aparcar.
Comenzamos, y lo hacemos por una pista de tierra que será la que seguiremos casi una hora.
Más que ruta podemos decir que es un paseo familiar, por su duración, trazado, desnivel mínimo y también por su carácter didáctico . No está señalizada, pero tampoco es necesario, pues es seguir durante 3 kms la misma pista forestal. Al principio, caminaréis entre huertas de los vecinos, pero poco a poco, empezaréis a encontraros interesantes seres:
Si bien es cierto que hasta casi el final, no veréis nada más que castaños, hay que decir que no dejarán de sorprenderos a cada paso, pues son ejemplares centenarios y además cada uno de ellos tiene su particularidad, su morfología, su magia y su personalidad:
Muchos de ellos parecen observarnos e incluso querer decirnos algo…
¿Estaremos tal vez atrapados en el Bosque Animado?
Parece ser que fueron los romanos los que introdujeron la Castanea sativa (su nombre científico) en nuestro país, y durante muchos siglos formaba parte de la dieta diaria de nuestros ancestros, hasta que llegó la patata, desplazándola. Aún así, la castaña sigue teniendo un papel muy importante en nuestra gastronomía y en nuestros postres. Sabéis que Galicia, pero sobre todo Lugo y Ourense son tierras de castaños y castañas y de grandes extensiones donde éstas se cultivan y se recolectan: los «soutos«. Pero antiguamente, una vez que las castañas estaban maduras y los erizos caían al suelo, tocaba recogerlas y secarlas. Y este proceso, el de secado, se realizaba aquí, en los «sequeiros«:
Y este punto es uno de los grandes tesoros de esta ruta, que te encontrarás a mano izquierda en una curva muy cerrada de la senda que veníamos siguiendo. Aquí sí que debes abandonarla para visitar este curioso «poblado». Estas antiguas construcciones se hicieron para secar las castañas pero también como viviendas, pues muchos de los propietarios de los «soutos» se trasladaban aquí durante los meses que duraban estas tareas.
El de Pena Folenche es el conjunto de sequeiros mejor conservados de Galicia, y son un valiosísimo patrimonio etnográfico y cultural.
Como puedes observar en las fotografías interiores, estas construcciones mantenían todas la misma estructura y distribución, es decir: todas tenían la vivienda en la parte de abajo, y en la alta, estaba el secadero propiamente dicho, donde extendían las castañas y las ahumaban para sacarles la humedad del lluvioso y frío otoño.
Y después de haber indagado y aprendido tanto sobre los «sequeiros«, seguimos ascendiendo por el mismo camino que atraviesa el poblado, encontrándonos esta señal que nos indica que vamos bien hacia nuestro punto final, que es la gran roca de Pena Folenche:
Al rato, desembocamos en el pueblo donde comenzó nuestra aventura, un pueblo, por cierto, con numerosos rincones y casas con encanto repletas de geranios y adornos que las hacían doblemente bellas.
Atravesamos sus calles y la encontramos justo en el centro del pueblo, como una gran guerrera oteando el horizonte preparada para luchar contra cualquier ataque o amenaza del enemigo, o como mamá gallina guardando a sus polluelos bajo sus alas protectoras: la gran roca…
Pena Folenche, ahí la tenéis orgullosa de proteger a los habitantes que viven a sus pies, ya que éstos han construído sus casas en y debajo de las inmensas rocas que abundan en el lugar…
Se accede a la gran roca mediante unas escaleras de piedra que van ofreciendo cada vez más hermosas panorámicas según vamos subiendo:
Y en la cima, destaca su mirador:
Desde lo alto, vemos todos los tejados, la extensión del pueblo…
Y a lo lejos, perfectamente señalizadas, las cumbres de Pena Trevinca y Manzaneda:
Pero esta gran roca tiene además sus propias leyendas, que cuentan que ésta guarda en su interior secretos y tesoros, o que el apóstol Santiago saltó desde la roca dejando marcada la huella de su caballo en un bosque de San Xoán de Río…
No sabemos si serán ciertas o no, pero lo que si sabemos es que es éste un lugar especial y diferente desde cualquier ángulo…
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Pena Folenche, Trives, Ourense.
Dificultad: muy fácil, perfecta para hacer con niños o senderistas poco experimentados.
Señalizada: no, pero es muy intuitiva, no necesita señalización ni GPS.
Circular: si
Distancia: 3 kms
Tiempo: 50 min.
Mapa: