Queridos amigos: hoy nos encontramos en la bonita villa de Trives y aún sin tener claro nuestro recorrido, hemos decidido conocer algunas de sus más antiguas y hermosas «castiñeiras» y también algunas de las aldeas que conforman este municipio y le dan tanta personalidad a sus tierras. A Pobra de Trives fue durante el siglo XIX centro de reunión de la nobleza gallega y uno de los más importantes núcleos de la provincia de Ourense en los años 70.
Desde el mismo centro de Trives, salimos caminando con Greta, Cusca y Petra por la calle de San Bartolomé, dejando atrás el núcleo poblacional. Después de las últimas casas, nos adentramos en una zona de campos y de «soutos«, los cuales ya nos prometen un inolvidable paseo a través del tiempo…
Pronto empezamos a descender hacia el río Caballar, que nos regala una bonita estampa con un puente y un molino.
A partir de aquí, tendremos que subir un poco, pero merece la pena el esfuerzo. De pronto, nos encontramos paseando entre estos seres llenos de historia: centenarios o incluso milenarios «castiñeiros» que hubiesen atemorizado al mismísimo Don Quijote de la Mancha.
Pero más impresionante fue la sorpresa que el bosque nos regalaba a continuación: dos hermosas hembras de corzo nos salieron al paso a pocos metros de donde nos encontrábamos. Fue tal el susto (por ambas partes) que ellas escaparon velozmente entre la maleza, mientras nosotros nos quedábamos boquiabiertos y fascinados de haber disfrutado de tan hermoso encuentro. Como os imaginaréis, no hubo tiempo de fotos, pero si se quedaron grabadas en nuestra retina y en nuestro corazón.
Un poco sorprendidos aún por la mágica experiencia, continuamos monte arriba siempre atentos a lo que la naturaleza nos podía mostrar. En cambio, pronto nos encontramos con una carretera que hubo que cruzar (mucho cuidado con los coches si lleváis perros) pero ya al otro lado de la misma, el paisaje era de nuevo espectacular.
Comenzamos a descender hacia la aldea de Sobrado.
Todavía los «castiñeiros» nos acompañaban repletos de sol hasta la entrada de esta preciosa aldea medieval:
nos recibían allí estas bonitas casas, y aunque algunas estaban en un estado agónico, todavía quedaba impregnada en ellas su singular belleza llena de historia…
Y un poco más adelante, uno de los tesoros de Sobrado: el Pazo de Cobato, con su bonito campanario y sus hermosas filigranas de piedra:
Justo por debajo de él, ya en la carretera, pasamos por la Fonte da Moreira.
La verdad es que esta pequeña aldea contiene un montón de joyas históricas y arquitectónicas; una de esas obras de arte, era ésta, el Pazo del Saído:
La otra joya es la Iglesia de San Salvador, una de las pocas obras románicas conservadas en la zona, que contiene, curiosamente, un doble pórtico. A un lado, la torre, adyacente, que en tiempos tuvo carácter defensivo, convertida posteriormente en campanario. Al otro lado, el monasterio, que fue por cierto, dúplice.
La plaza de la iglesia es realmente encantadora, y en ella puedes ver numerosas casitas con mucha historia también. Hablando de historia, debes saber que en agosto se celebra en este peculiar rincón una feria medieval, de la que todavía quedaban banderines adornando las callejuelas. Por aquí pasaba una vía romana secundaria que llegaba desde Sanabria y se unía poco después en el Puente Cabalar con la cercana Vía XVIII. Esta fue además una vía de comunicación medieval por el que incluso discurrió un Camino Jacobeo.
Ahora toca un pequeño tramo por asfalto, así que cuidado de nuevo si llevas perros, pero también hay que decir que apenas pasaron coches. Es más, yo diría que no pasó ni uno.
Descendemos. A lo lejos vemos ya los imponentes muros del Pazo Barbeirón, dedicado hoy en día al turismo rural. Hermoso y con un toque diferente.
Cogemos una pista de tierra a la derecha…
…que nos conducirá hasta una zona donde el paisaje cambiaba completamente, ya que todos ellos eran terrenos dedicados al cultivo de la uva.
Poco a poco debemos ir subiendo a través de unos caminitos estrechos que nos llevan cerca de estas casetas de piedra:
Cuando llegamos a lo más alto, tomamos un camino entre hermosos «Quercus pyrenaica«, esta especie de roble que se da sobre todo por esta zona y que tiene los lóbulos de las hojas mucho más marcados (casi le llegan al nervio central) que un «Quercus robur» por ejemplo, el más común de los robes o «carballos«:
También en esta zona nos encontramos la tierra removida por los jabalís:
Al rato, llegamos a una nueva aldea: es Mendoia, con sus casitas antiguas, algunas en ruinas, y un par de fuentes.
Al dejarla atrás, seguimos por unas pistas forestales, cuando, de repente, algo llama nuestra atención en el suelo:
Son estas heces, grandes y llenas de pelo de corzo y de jabalí, que sin duda alguna, son de nuestro amigo, el lobo. Nos apasiona pensar que ha pasado por aquí, tal vez un poco antes que nosotros.
Otra de las cosas que nos siguen impresionando son los enormes castaños, que desde el comienzo han sido nuestros compañeros de ruta y que quizás son lo más representativo de ella. Muchos de ellos acusan el paso del tiempo y acaban adoptando las más caprichosas formas:
Este camino desemboca en la carretera y, muy a nuestro pesar, tuvimos que hacer este tramo, no muy largo, la verdad, por asfalto. Precisamente, en plena carretera, te encontrarás esta fuente: Fonte Cabalar.
Pronto llegamos al punto donde, casi al principio del sendero, estaba el río, el puente y el molino. A partir de aquí, el recorrido es común a la ida.
Y si queréis pasar unos días por esta zona, haciendo senderos, o kayak, nadando en el embalse en verano, o disfrutando de las pistas de esquí de la Estación de Montaña de Cabeza de Manzaneda e incluso relajarse en su spá y piscina interior, o simplemente desconectar unos días, podéis alojaros en nuestras Casitas de Requeixo
FICHA TÉCNICA:
Dónde: A Pobra de Trives, Ourense.
Dificultad: fácil
Señalizada: no
Circular: si
Distancia: 11,40 kms
Tiempo: 4 horas 40 min.
Consejos: esta ruta tiene un pequeño tramo por asfalto, es importante saberlo por si vais con niños y/o perros.
Mapa: