Hemos hecho esta ruta varias veces: en invierno, primavera, verano y otoño. No sabríamos decir en cuál de ellas está más bonita, porque, si con los colores del otoño está exultante, en invierno es todo un placer ver la nieve en las cumbres y realmente curiosos son los grandes carámbanos de hielo colgando de las grandes rocas, o con el verde vivo de las hojas nuevas vistiendo de primavera los árboles, o en verano, cuando quedan desnudas las rocas alisadas de tantos siglos de agua del río pasando incesantes sobre ellas… tanto es así, que hemos redactado la ruta acompañándola de fotografías hechas en las diferentes estaciones:
La ruta empieza justo aquí, junto a este puente que cruza sobre el río Queixa , en la carretera que circunda el embalse de la sierra que lleva el mismo nombre. Como ves en uno de los carteles, estás en un espacio perteneciente a la Red Natura 2000, y es que Chandrexa de Queixa puede presumir de tener gran parte de su extensión dentro de esta figura de protección.
El segundo es un panel que nos habla de la ruta que vamos a realizar, aunque sólo hasta A Ferrería, (recuerda que nosotros caminaremos unos kilómetros más hasta O Teixedo). En este panel se plasma este bonito «Objetivo de la ruta» que nosotros queremos reproducir y reforzar aquí:
«Contemplar el valle del río Queixa, sus aguas bravas y ruidosas, los circos y las rapaces de montaña, hasta llegar frente a la casa de la Ferrería. Una senda contigua nos lleva al pie de un tejo solitario, reliquia de otros tiempos.
Homenaje a los antiguos bosques de quejigos y tejos, y a las plantas silvestres que fueron material mágico para la famosa botica del monasterio de Montederramo.»
En ese mismo panel, aparecen otras sabias recomendaciones junto con interesantes informaciones acerca del tejo, del cual hablaremos más adelante, cuando lleguemos hasta él.
El tercer cartel, nos anuncia un área recreativa que más adelante veremos.
Ahora mismo, lo que haremos es ponernos a caminar siguiendo siempre la ancha pista de tierra que va junto al río. Esta primera parte de la ruta es totalmente llana hasta un poquito después de A Ferrería, con lo cual, se hace un paseo fácil y encantador, sin ningún tipo de esfuerzo, apta para cualquier edad y preparación física . Antes de caminar el primer kilómetro de esta ruta, encontraremos un punto clave, que es un mirador que tiene un interesante semillero de plantas medicinales en su exterior:
Y acerca del río se nos da esta sugerencia:
«Asómbrate con la energía de las aguas; si te acercas a sus orillas y tocas las piedras húmedas verás el poder del río, y escucharás su fuerza que viene de las montañas, cuando aún es salvaje, transparente y alegre«.
Continuamos y lo siguiente que nos encontraremos es el área Recreativa, que se nos anunciaba al inicio, llamada de Santa Cruz, que es el nombre de la parroquia, con mesas de piedra, zonas habilitadas para asar, y una construcción cubierta que resultará muy útil en cualquier época del año. Estamos enfrente de la aldea de As Taboazas.
Más adelante podremos acercarnos hasta el pie del río para ver y escuchar el vocinglero discurrir de sus aguas, aunque hay un cartel que prohibe el baño, debido a que los grandes incendios que sacuden desde hace años estas tierras, hicieron que los cursos de agua se contaminasen; las lluvias provocaron que las cenizas descendiesen por las empinadas laderas hasta alcanzar el río, aunque en la actualidad parece que pasa limpia y transparente:
Las piedras «lavadas» por el continuo paso de las aguas:
Justo aquí se une nuestra ruta con el GR-56 Transourensán, que tiene más de 100 kms, y transcurre por Cabeza de Manzaneda, Requeixo de Chandrexa de Queixa, Montederramo, Parada de Sil, Nogueira de Ramuín, acabando justo donde el Río Sil se une al Miño, en Os Peares.
Te alucinarán los tonos de los árboles en Otoño. Acebos, serbales y abedules colorean el camino:
También las estampas que nos ofrece el río Queixa:
Y quién sabe si alguno de sus habitantes, entre los que destacamos la nutria , el desmán de los Pirineos y la rata almizclera (Ondatra zibethicus) , o «rata aguadeira», como le llaman aquí. Este desconocido animal, que fue introducido en Europa a principios del siglo XX, se encuentra bien representada en este río. Es un animal capaz de vivir en entornos contaminados y construye cabañas utilizando barro y vegetación en cauces a las que accede por un túnel cuya entrada está bajo el agua; son todas unas arquitectas!
Y los dibujos que el hielo realiza sobre la vegetación:
Según nos vamos acercando a la Ferrería el paisaje cada vez es más espectacular dibujando a cada paso una imagen de postal…Durante todo el recorrido podremos ir contemplando las formaciones rocosas de la sierra de Queixa suavizadas por un manto verde de vegetación baja compuesta por «xestas» (retama, y sobre todo brezos:
Una de esas formaciones que llamarán sin duda vuestra atención es ésta, la cara de perfil:
Estamos llegando a la Ferrería, verás que allí las rocas se tornan cada vez más coloradas:
En una de ellas verás unas inscripciones que indican las distancias a las que se encuentran diferentes puntos del GR-56, como son Manzaneda, As Taboazas, Montederramo y O Teixedo, al cual nos dirigimos. El GR-56 une la zona de el Cañón del Sil con la montañas del Macizo Central Ourensano donde el Club cuenta con un refugio de montaña origen de la Estación de esquí. Normalmente se realiza en cuatro etapas que suelen coincidir con finales en Parada de Sil, Montederramo, Celeiros y Refugio CAM en la Estación de Manzaneda.
Y Teixedo, nuestra meta de hoy, según lo que se nos indica aquí, está a 1 hora.
Y como ya os dije, estamos en A Ferrería:
«El objetivo de las Ferrerías era obtener lingotes de hierro en bruto que eran destinados a las fraguas locales, donde los herreros los convertían en piezas para uso agrícola y doméstico… Un buen ejemplo de lo que podría llamarse incipiente siderurgia integral está enclavado en el lugar llamado A Ferrería, situado en el límite occidental de Queixa. En la actualidad toda la instalación se encuentra muy modificada, al adaptarse los antiguos edificios a sencillas naves que acogen el ganado, y a las pocas personas que allí permanecen en calidad de caseros… A Ferrería siempre fue un lugar apartado, mal comunicado y misterioso, cuyos pobladores fueron siempre asalariados, rudos y solitarios, mirados con un respeto no exento de recelo.«
(Chandrexa de Queixa, Patrimonio natural, Luis José Míguez Rodríguez)
Os vais a encontrar el camino cerrado por unos alambres cuya función es que no pase el ganado, pero con un poco de destreza, conseguireis salvarlo. Justo en este lugar verás estas ruinas:
Y a pocos metros, el gran tejo solitario…
…al que hacía mención el cartel que encontramos al inicio de esta ruta, y que reza así:
» MISTERIOS Y PARADOJAS DEL TEJO:
Observa el tejo, con su aire sombrío y solitario.
Como todo ser vivo, tiene su lado bueno y su lado malo.
Tiempos atrás, sus compañeros fueron madera y leña para los trabajos de la Ferrería.
Sus bayas rojas siempre han sido un festín para los pájaros.
Ha tenido prestigio como remedio eficaz contra mordeduras de víboras.
¡Pero!
Sus hojas son veneno que causa angustia incluso la muerte. Después de una batalla perdida, o en peligro de ser esclavos, antiguas tradiciones hablan de suicidios con veneno de tejo».
«Los pueblos celtas veneraban al tejo dado que formaba parte de algunos de sus rituales al ser considerado un árbol sagrado, probablemente debido a la extraordinaria longevidad de la planta, que la hace parecer inmortal. Los druidas con sus ramas hacían bastones “mágicos” y con palillos de tejo adivinaban el futuro. La llegada del cristianismo no cambió este aura mística del tejo. Los cristianos, a menudo, construyeron sus iglesias y cementerios al lado de tejos que ya habían sido sagrados para los celtas. Por esta misma razón, en España, ha sido plantado profusamente en la Cornisa Cantábrica al abrigo de ermitas, iglesias y cementerios desde tiempos remotos, como símbolo de la trascendencia de la muerte, y es habitual encontrarlo en las plazas de los pueblos, lugar de reunión y encuentro de vecinos, lugar sagrado en el que se hacía la asamblea, la ley y la fiesta. Emblema, lugar común, legado vivo que debemos conservar, regenerar y transmitir íntegramente a las futuras generaciones». (De Waste.ideal.es)
Es curioso que además de este bello ejemplar, encontramos otra referencia a esta especie forestal, que es precisamente el topónimo «O Teixedo», pues tenemos que recordar que «teixo» es «tejo» en gallego…
Dejamos atrás el gran árbol solitario y caminamos por un prado de lo más bucólico, disfrutando de las altas cumbres nevadas:
Y esas nieves que ya empiezan a derretirse, bajan con fuerza en forma de sinuoso y no menos idílico río:
Hasta aquí el camino está claro a pesar de no estar marcado. A partir de aquí, seguiremos un camino más estrecho, que tampoco está señalizado, pero si seguimos nuestra intuición, sabremos cuál es, casi siempre es el camino más fácil. De vez en cuando si que encontraréis postes metálicos de color verde que en tiempos debieron tener paneles informativos marcando el GR-56, pero ahora mismo, como digo, sólo queda el poste, eso si, en algunos, verás las marcas, muchas veces difuminadas, de Sendero de Gran Recorrido, es decir, blancas y rojas. También encontramos algunas rocas en las que se podían intuir, pero muy difícilmente.
Continuamos!
A cada paso encontrarás una estampa más espléndida que la anterior:
Y el hielo que sigue haciendo hermosas obras de arte por doquier:
Seguiremos caminando siempre al lado del río, que nos llevará sin pérdida hasta O Teixedo…
Algunas veces el camino es de piedra…
Otras veces, ese colchón de hojas de carballo que tanto nos gusta sentir bajo nuestros pies:
Y llegaremos a O Teixedo:
En este recóndito lugar, verás también varias naves en ruinas donde se guardaba el ganado hasta no hace mucho tiempo, pero desde que se abandonaron, se vinieron abajo. O Teixedo y A Ferrería e incluso A Queixeliña fueron también, por lo que nos contaron, refugio de los «maquis» en la Guerra Civil española.
Y ésta era nuestra meta hoy, aunque el GR-56 continúa hacia el Bidueiral de Montederramo, así que algún día lo continuaremos, y precisamente este es el camino que lleva hacia allí:
Muy apetecible, la verdad, pero ahora toca volver hacia el coche, y lo haremos siguiendo el mismo trayecto por donde vinimos, pero lo vamos a seguir disfrutando ahora desde otra perspectiva:
Si queréis pasar unos días por esta zona, haciendo senderos, o kayak, nadando en el embalse en verano, o disfrutando de las pistas de esquí de la Estación de Montaña de Cabeza de Manzaneda e incluso relajarse en su spá y piscina interior, o simplemente desconectar unos días, podéis alojaros en nuestras Casitas de Requeixo
FICHA TÉCNICA:
Dónde: en Chandrexa de Queixa, Ourense.
Dificultad: fácil
No señalizada
Lineal
Distancia: 14 kms (ida y vuelta)
Tiempo: cerca de 4 horas (ida y vuelta)
Consejos: si hace calor, protección (gorro, crema solar, no hay ninguna sombra en la mitad del camino).
Mapa: